Es profesor asistente en Case Western Reserve University. Después de recibir su grado como médico en la Universidad del Valle, prestó servicio como “médico rural” en CIDEIM durante 2002, específicamente en el área de resistencia bacteriana.
“Fue un año (y varios meses) definitivo(s) en mi formación profesional. Inspirado por el modelo de la Doctora Villegas, confirmé mi vocación como médico infectólogo. Igualmente, descubrí el fascinante mundo de la resistencia a los antibióticos donde convergen la microbiología, la farmacología, la medicina y la salud pública. Conservo un gran interés por la resistencia bacteriana, que de hecho alimenta mi carrera día a día.
Desde el comienzo me impresionó la excelencia de la institución, que se traducía en un merecido prestigio regional y nacional. Más adelante me di cuenta de que se debía a la calidad de su gente. Como parte de mis obligaciones en CIDEIM, tenía que visitar hospitales en diferentes ciudades del país. En general, la gente era muy amable, pero tan pronto se enteraban de que venía de CIDEIM y de que mi jefe era la Doctora Villegas, había una transformación: inmediatamente lo celebraban, me abrazaban y me extendían la proverbial ‘alfombra roja’.
Otra cosa que recuerdo es la perfección de las electroforesis de campos pulsados de Adriana Correa. Esta es una técnica de laboratorio que, a pesar de su difusión universal, se reconoce como dispendiosa y difícil – especialmente cuando la bacteria analizada es Acinetobacter. He tenido la oportunidad de ver (y hacer) muchas electroforesis de campos pulsados y nunca he visto unos resultados tan satisfactorios y simplemente bien hechos como los de Adriana.
Colombia es un país con grandes recursos, logros y posibilidades. Desafortunadamente, en el contexto internacional (por razones históricas, materiales y por las prioridades en la inversión estatal) no ha aportado tanto como podría al avance de la ciencia biomédica. La labor de CIDEIM en los últimos cincuenta años es por tanto excepcional y es un excelente modelo que, de ser seguido, puede acelerar el crecimiento de la formación e investigación científica en Colombia. Así, el país podría reclamar el sitio que se merece en el concierto mundial”.
“En el futuro me gustaría ver a CIDEIM con mucha, mucha, mucha plata para continuar su misión de formar investigadores y contribuir a solucionar problemas biomédicos. ¿Cómo sería si hubiera un generoso benefactor que le donara sus millones?”