Iveth González

“Me gustó mucho el trabajo de campo y el trabajo en laboratorio. Para mí fue una muy buena oportunidad para combinar ambas cosas. A mí me interesaba mucho la parte en laboratorio, la parte de biología molecular, pero quería seguir teniendo el contacto con la gente, el contacto con las pacientes.  Me gustó mucho tener la oportunidad de ir a los sitios endémicos de Malaria – a la costa Pacífica; conocí la gente en Guapi, la gente en el Chocó – Quibdó, Tadó – la gente en Buenaventura. La experiencia de campo fue muy agradable y yo hasta ahora no la olvido.

Cuando uno está en el laboratorio de lleno, es difícil trabajar en investigación siempre pensando en solucionar problemas de salud  porque a veces se pierde la percepción o se pierde el contexto de lo que uno está haciendo. En CIDEIM, existe la posibilidad de hacer investigación pensando en solucionar un problema a corto plazo. Recuerdo también el trabajo interdisciplinario. La oportunidad que tiene uno de encontrarse profesionales de distintas ramas trabajando en CIDEIM y todos trabajando por un objetivo común.

Ir a CIDEIM fue ver cómo la investigación puede ser manejada desde un centro independiente y ver que hacer investigación es verdaderamente una posibilidad laboral, y que se puede hacer teniendo vínculos con la universidad y vínculos con otras instituciones, incluso con empresas, pero seguir siendo independiente.  Una de las fortalezas del CIDEIM, y que a mí me gustaría ver reflejado en otros lugares, es la oportunidad de crecer profesionalmente, de crecer dentro de la institución. Ver cómo la gente puede llegar de Médico Rural o “Joven Investigador” a ser Asistente de Investigación y llegar incluso a coordinar.”