Resultados de investigación liderada por CIDEIM, Icesi y la Universidad de Maryland, buscan optimizar el tratamiento de la Leishmaniasis Cutánea
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La leishmaniasis cutánea (LC) es una enfermedad infecciosa endémica en Colombia y se encuentra entre las diez principales enfermedades tropicales desatendidas a nivel global, con más de 12 millones de personas infectadas en todo el mundo, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud. La infección se transmite por la picadura de mosquitos infectados con el parásito leishmania, causando lesiones en la piel que pueden dejar cicatrices de por vida y causar discapacidad grave o la estigmatización de la persona. (1)

Existe una alta tasa de fracaso en el tratamiento de la LC. Como ocurre con otras enfermedades infecciosas, aun cuando el paciente tome los medicamentos prescritos por el médico puede no responder bien al tratamiento. De acuerdo con la investigadora María Adelaida Gómez, Coordinadora del Laboratorio de Bioquímica y Biología Molecular en CIDEIM, esto no necesariamente pasa porque el parásito sea sensible o resistente a los antimicrobianos, sino porque hay algo en el humano que evita que el medicamento funcione efectivamente, por lo tanto, es fundamental descubrir los mecanismos que conducen a este fracaso.


El artículo “Innate biosignature of treatment failure in human cutaneous leishmaniasis” (2), publicado el 4 de abril de 2025 en Nature Communications, recoge los resultados de investigación del proyecto ‘The Innate Immune Response as a Therapeutic Target for Cutaneous Leishmaniasis’ (La respuesta inmune innata como diana terapéutica para la leishmaniasis cutánea), el cual inició en el año 2017 bajo el liderazgo de la Dra. María Adelaida Gómez y busca entender cuál es la contribución del humano en el desenlace terapéutico de la LC.

La investigadora explica: «la LC causa una úlcera en la piel como resultado de una inflamación muy intensa. Nuestra hipótesis en este estudio era que, en los casos donde las personas no lograban curarse, podía haber algún componente del sistema inmunológico que mantenía esa inflamación activa, impidiendo la recuperación de la lesión. Para investigar esto, reclutamos pacientes con LC, les administramos el tratamiento habitual y realizamos un seguimiento de su evolución. Descubrimos que, en los pacientes que no se curaban, había una actividad muy alta de ciertas células del sistema inmune: los monocitos, neutrófilos y eosinófilos, que circulan en la sangre y participan en la defensa del cuerpo. Esta respuesta tan intensa genera un ambiente inflamatorio que persiste, incluso cuando el parásito ya ha sido eliminado o reducido».

Desde una perspectiva de salud pública, los hallazgos de esta investigación son especialmente relevantes por el contexto en el que se presenta la enfermedad. La leishmaniasis cutánea afecta principalmente a personas que viven en zonas rurales dispersas donde el acceso a los servicios de salud es limitado, además “está asociada a factores como la malnutrición, los desplazamientos de población, las malas condiciones de vivienda, la debilidad del sistema inmunitario y la falta de recursos económicos”. (3)

Sobre este aspecto, la Dra. Gómez explica: «El tratamiento puede durar entre 3 y 6 meses y requiere un seguimiento terapéutico riguroso, ya que los medicamentos utilizados para tratar la leishmaniasis son altamente tóxicos. Esto obliga a los pacientes a desplazarse con frecuencia a los centros de salud, lo cual representa una carga muy grande para quienes viven en zonas apartadas. Además de comprender los mecanismos que impiden la curación, nuestro objetivo es encontrar formas de predecir si un paciente responderá al tratamiento antes de comenzarlo. Esto permitiría realizar pruebas para evaluar su eficacia en cada paciente y tomar medidas a tiempo para asegurar una mejor respuesta. Así podríamos reducir los desplazamientos innecesarios, mejorar las tasas de curación y evitar que los pacientes abandonen el tratamiento por falta de resultados».

Debido a las condiciones de vulnerabilidad y difícil acceso en las cuales se presenta la LC, las medidas de prevención, control y tratamiento de la enfermedad son un gran desafío para las autoridades de salud. Un tratamiento más seguro, efectivo y que responde a las necesidades de las comunidades afectadas fortalece al sistema de salud y amplia el acceso a una atención de calidad, aportando a la equidad en salud y mejorando la calidad de vida de los pacientes incluso en los territorios más apartados.

Acceda al artículo “Innate biosignature of treatment failure in human cutaneous leishmaniasis” en el siguiente enlace: https://doi.org/10.1038/s41467-025-58330-3

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1. Con información de la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/leishmaniasis

2. En el artículo colaboran investigadores de CIDEIM, Universidad Icesi y del Centro de Bioinformática y Biología Computacional de la Universidad de Maryland (EE. UU.).

3. Fuente: Organización Mundial de la Salud OMS. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/leishmaniasis

 

Más información:
María Adelaida Gómez
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